Poema Nadaísta: Oh, Misteriosa Alma Mía
Oh, misteriosa alma mía
¿dónde esperas encontrar tu amor
en qué mar dejarás caer tu última lágrima
dónde por fin olvidarás la muerte
en qué navío de la desgracia serás feliz
bajo qué arbol , bajo qué cielo
bajo qué puñado de polvo
darás reposo a tu pobre esqueleto?
¿De qué desierto te llegará el olivo?
¿Y esta gaviota mi alma
hacia que Islas Desventuradas volará?
Y la Gran Fiesta del Cuerpo
¿será para después en el Tiempo Inmóvil?
¿Florecerá sobre mi tumba la Siempreviva?
¿Podré ser Eterno bajo mi pavorosa ceniza?
¡Responde, Alma mía!
Mátame de silencios, pero habla.
Haz aunque sea un viraje a la desgracia
pero cesa ya de buscar;
El mundo es redondo y no hay salvación.
No olvides que en tu locura
has creído encontrar el último Puerto,
pero siempre has bajado en él
para volver a partir.
Ahora mi corazón se abre a una nueva esperanza,
a un nuevo mar.
No sé si gime o canta
pero se agita dentro de mí.
Adivino su inquietud que dice:
Nunca llegarás, amigo mío.
¡Hay que partir siempre!
Al mar digo que sí con una condición:
Aquí o en la Eternidad
mi corazón pasajero exige ser Eterno.
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